VIAJES Y MÁS VIAJES: Japón 2018. Día 9: "The return"

Pues como dije en la crónica anterior, esta mañana llegamos a Nikko (a unas dos horitas de Tokio así a lo tonto). Cogimos los pertinentes Shinkansen/trenes y allí que llegamos a eso de las 11 y pico o cosa así. En la misma estación de JR de Nikko compramos un pase de bus de un día, ya que salía más barato que pillar billetes sueltos. Total, que los pillamos y la primera en la frente, teníamos que ir hacia la parada Omotesando que nos dejaría enfrente del complejo de templos Toshogu, peeeero resulta que por no sé qué oscuro motivo, la ruta hasta esa parada estaba cortada, así que buscamos otra alternativa y bueno, no estuvo mal la cosa después de todo. Me llevé pantalones desmontables y antes de empezar a subir escaleras iba con ellos, había una humedad que no era ni normal, así que antes de llegar al templo tocho, ya me quedé en pantalones cortos. Entonces, me eché flis flis de los mosquitos (uno muy fuerte que compramos en Ciudad Real antes de venir precavidos del año pasado), unos toquecitos y marchando (más adelante veréis en desenlace de esos chuflitazos).
Vimos un montón de grabados to chulos y una de las puertas del templo era la puerta más recargada de Japón (no os podéis imaginar todo lo que había ahí pegado; ahí tenéis algunas fotos).
Pedí mi sellito (goshuin) en ese templo, creo que ya llevo unos 4-5 sellos (a ver si luego pongo alguna fotejo que sólo puse el del primero y no he vuelto a poner y hay algunas que están muy chulos). Subimos al mausoleo dónde se supone que descansan los restos de Tokugawa Ieyasu. Sudamos como pollos (ay madre mía, que humedad está haciendo en este viaje por Dios Carmen).
Después de visitar varios subtemplos y tal nos dirigimos de nuevo a la estación de JR Nikko a eso de las 15.00 o así para irnos a Utsunomiya, la ciudad conocida como "la ciudad de las gyozas" (tienen hasta una especie de Venus saliendo del espejo, pero en lugar de Venus es una gyoza con piernas y brazos 🤣).
Nos metimos en uno sitio casi enfrente de la estación en el cual tenían en la puerta una mascotilla de piedra con forma de gyoza. Nos calzamos 24 gyozas variadas (6 al vapor, 6 con cherrys y queso fundido por encima que estaban tremendas y 12 mixtas). La verdad es que sí que estaban ricas las jodías. Después de eso, me empezaron a picar las piernas como el día anterior, me miro las piernas y veo un montón de granitos por gran parte de las dos piernas, bieeeeeen, tengo alergia al repelente de mosquitos, estupendo. Comentar que tengo ya unos ronchones considerables en ambas piernas. Fuimos a un "Don Quijote" a ver si veíamos un reloj, ya que al mío se me rompió la correa, así que me compré uno de led por 500¥ más impuestos y nos pillamos además unas oreo falsas y unos chocolates con leche tipo batido. Después de eso, ya sí que tiramos pal tren, al hostal a ducharme y a echarme corticoides de los que me mandaron para la espalda (ya que el picor empezaba a ser algo insoportable). Después de eso, me seguía picando bastante, Alfredo fue a por una lata a una máquina para ponerme frío. Eso me calmó un poco, pero tampoco hizo milagros. Cuando parecía estar algo mejor, decidimos ir a comer una pizza que me apetecía. Buscamos un sitio a 600 metros, pues bien, salimos en busca de nuestra pizza y en la calle estaba cayendo el diluvio universal, madre mía qué manera de ver agua...
Pues llegamos calados al sitio y estaban chapando, biiiiieeeen, ¿algo más? Resultaba que, por casualidad, había otra pizzería bastante cerca y encima debajo de unos soportales. Llegamos, preguntamos si estaba abierto y ¡eureka! Lo estaba, así que nos pedimos un par de pizzas pequeñas y unos encurtidos de la casa, la mar de ricos, por cierto. Así que cenamos y de vuelta al hostal a planchar la oreja...
おやすみなさい！