viernes, 21 de septiembre de 2018

Japón 2018. Día 13: "The return"

Día 12. Japón: "The return". Bueno, pues ahora si que sí, último día para ver cositas en Japón. El día amaneció sobre las 7.30 y nos preparamos para ir a dar una vuelta por Takayama y tener más éxito que la noche anterior que parecía una ciudad fantasma. Nos despedimos de la chica de recepción, no sin antes dejarle las maletas en una habitación y salimos a recorrer la ciudad.
La cosa empezó con uno de los mercados matutinos de la ciudad, fuimos al que estaba muy cerquita del Takayama jinya y era muy pequeñito, pero tenía algunas frutas y verduras que tenían buena pinta. Nos compramos un melocotón (gordo y rosita) y Alfredo se pilló una manzana que, al parecer también estaba buena. Cada pieza 200¥, lo que viene siendo 1.5 €/pieza más o menos (para que os hagáis una idea de lo carísima que es la fruta en Japón, es sin duda lo peor que tiene).
Después de eso, íbamos a pasar al Takayama Jinya, pero resulta que por dentro estaba en obras (tenía andamios y todos los tejados se veían cubiertos por lonas), así que decidimos no pasar porque según leímos, lo más chulo de ese templo era precisamente los tejados y la parte de fuera. Así que seguimos el camino para ver las casitas (convertidas en negocios) típicas de Takayama que parecían sacadas de la mismísima época Edo. Vimos algunas destilerías de sake o mejor dicho, nihonshu que es como se conoce a lo que nosotros llamamos sake (se pueden ver unas bolas gigantes colgadas en las puertas que, se supone que cuando están marrones es cuando el sake está listo, si están verdes, es que se ha empezado a "hacer" hace poco y todavía le queda mucho tiempo para que esté listo).
Después de eso, nos dirigimos a otro mercado matutino, éste era algo más grande y estaba más esturreado. Además, tenía más comida a parte de fruta. Había un puestecillo de takoyaki que tenía muy buena pinta y es que además, en este viaje aún no los había catado, así que fue mi oportunidad, estaban tremendos la verdad, la mujer los hacía como con arroz hinflado (sí, sí, lo que estás pensando, como si fueran monchitos) y la verdad es que estaban bastante ricos porque además,la masa era muy suave y esponjosa, el pulpo quizá lo peor porque estaba un poco chicloso. En el puesto de al lado había una mujercilla que vendía taiyaki (pececillos con masa tipo gofre rellenos por normal general de anko (pasta de judías), pero en este caso había también de chocolate, pasta de nueces o algo así y tipo crema pastelera. Así que Alfre se pilló 5 (3 de crema y 2 de chocolate), comentar que eran muy pequeñitos, no eran como los taiyaki estándar).
Después de eso y previa parada en otro par de puestecillos a comprar un botecito de leche de Hida y un cubito amarillo que era de huevo y sabía dulce, salimos del mercadillo. Pasamos a una tienda bastante Rocha y compramos un par de sarubobos (muñequitos de la suerte típicos de la región de Takayama y alrededores). Se supone que según el color te da suerte para el trabajo, los estudios, la salud, el dinero, etc. El estándar es el de color rojo que es un mix de cosas "suertudas", yo me pillé el azul que era para los estudios (me vendrá bien para los exámenes del Noken).
Después de recorrer todo lo recorrible de Takayama, volvimos al hostal a por las maletas y nos dirigimos hacia Nagoya (nuestro próximo y último destino del viaje 😪).
Llegamos después de 2 horitas y media y dejamos las maletas en lo que iba a ser las consignas, pero al estar hasta el ojete, las dejamos en un servicio que había para dejarlas (y que salía algo más caro, pero era lo que había).
Estuvimos buscando un sitio para comer y concretamente queríamos probar el "misonikomiudon" (un plato de udon con miso que nos recomendó el chico de la parejita que nos encontramos comiendo el okonomiyaki de Hiroshima), pero no hubo manera, al primer sitio al que fuimos, cerrado, otro no lo encontrábamos, cuando decidimos comer dónde fuera porque estábamos reventados, todo hiper caro. Así que al final encontramos un sitio de soba dónde comimos por 1000 y poquitos yenes y nos pusimos morados. Yo me clavé un soba con queso y tempura de verduras por encima niquelao (foto dejo por ahí).
Bueno, pues después de recuperar fuerzas, fuimos a una tienda de deportes que estaba a 10-12 minutos de la estación de Nagoya, ya que yo quería comprarme una camiseta de la selección japonesa de fútbol y resultó que encontré una (no la actual, pero me daba igual) por 4000¥, unos 32 € (así que genial).
Después de eso ya nos dirigimos a coger el tren del último trayecto que nos quedaba, en el que casi morimos afixiados de la gente que había. Pero al final conseguimos llegar al hotel que estaba como metido dentro del aeropuertos, llovía fuera y no nos tuvimos ni que mojar, así que genial. También es verdad que así nos costó (14000¥ que es mucha pasta, pero mereció la pena por lo cerquita que estaba del aeropuerto y como al día siguiente teníamos el vuelo más o menos temprano, pues mejor).
Así que llegamos, subimos a la habitación (he de decir que la cama es la más cómoda en las que he dormido, junto al hostal de Osaka), descansamos un poquete y a eso de las 21 nos fuimos a cenar al restaurante del hotel que era tipo italiano, así que nos calzamos unos chips de patata dulce (boniato o similar) y dos pizzas que, la verdad estaban ricas, aunque les faltó que estuviera la masa algo más crujiente. Y después de eso, a morir un poquete.
Señoras y señores, última noche en el país Nipón 😔😔
おやすみなさい! 🌙

Entrada del Takayama Jinya

Calle de Takayama
Destilería de Sake
Gatete de piedra
Destilería de Sake
Más gatete de piedra
Flor la mar de chula
Imagen de piedra de un Sarubobo
Pagoda de 3 pisos en Takayama
Templete en Takayama
Que bonicas son las alcantarillas en Japón
Alcantarillas a topeee
Pirulí en Nagoya
En este Ichiran Ramen no se van a quedar sin papel higiénico xDD
Soba con queso y tempura de verduras por encima, 美味しいですね!!
Una más de alcantarilla (Nagoya).

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