viernes, 21 de septiembre de 2018

Japón 2018. Día 7: "The return"

La cosa comenzó ayer por la mañana ya dejando el hostal de Osaka para dirigirnos, primero a Himeji a ver su famoso castillo y posteriormente al monte Koya a dormir en un templo del budismo shingon.
La odisea empezó a eso de las 9 y algo cuando salimos con los maletones (lloviendo, como no) y yendo al Family Mart más cercano (estaba realmente cerca, cosa que se agradece porque las maletas pesaban un huevo y la lluvia no ayudaba mucho) a intentar enviar las maletas vía Kuro-neko (empresa Yamato de envío de maletas y otras cosas llamada "gato-negro" por su logo). Total que llegamos al conbini y le digo al tío: "takyuubin" y parece que me dice que no, porque me hizo el gesto de cruzar los brazos diciéndome: "dame", pero luego era mentira. Me dijo algo del aeropuerto y yo que no quiero mandar na al aeropuerto, el muchacho (bastante joven) ni papa de inglés, así que chapurreando japonés medio me entendió unos enseña dos formularios para rellenar: uno morado y otro naranjilla. A mí me sonaba el morado, pero el muchacho insistía en que eligiese uno diciéndome demasiadas cosas que no era capaz de entender (¡¡Dios!!, ¿dónde está tu nivel bajo-medio de japonés cuando se le necesita? 😅).
Total, que elegimos el morao xD Buscando en la página de japonismo nos acordamos que venía un post de cómo mandar las maletas vía Kuro-neko y ahí venía una fotejo con el formulario morao (¡¡bien!!). Antes de ver la foto había empezado a rellenar uno de ellos y me había confundido porque puse el nombre del hotel en un sitio en el que tenía que poner el mío. Bueno, calma, rellenamos uno y cuando vayamos a rellenar el otro le digo al muchacho que me de otro, a pesar de enseñarle el formulario tachado, el muchacho lo que se dices avispao, no era. Pero bueno, al final lo conseguí y después de mucho sufrir, dejamos los maletones y pudimos ir a desayunar un buen desayuno japonés: sopa miso, arroz blanco, salmoncito a la plancha y un huevito a la plancha, todo ello acompañado con té verde frío (estupendo xD).
Pues cogimos metro y shinkansen (tren bala) para llegar a Himeji y allí estaba la que denominamos "Castillín" (que luego, resultó ser "Castillina" xD), ya que su nombre era "ShiroMaruHime", algo así como la "princesa círculo blanco" (hay foto del momento, no os pongáis nerviosos 😝).
Total que fuimos para el Castillo que estaba a unos 15 minutos de la estación andando. El castillo molaba un pegote, me gustó mucho por dentro y por fuera (ahí hay algunas fotejos de fuera, ya que dentro, como en casi todos lados, no se pueden hacer fotos). De camino de vuelta a la estación, había maquinillas de estas de bolas y había unas con samuráis muy chulos, así que me saqué una (foto de la figurita más abajo). También, nos pillamos un gofre en un sitio llamado "Maneken" que, como podéis suponer, muy japonés no es
Pues después de tomar fuerzas nos dirigimos a Koyasan que anda que no costó llegar, ¡¡la leeche!! Además, para más inri, teníamos que ir en tren hasta una parada y luego coger otro para llegar a un funicular y después, un bus que nos dejase cerca del templo. Pues bien, el funicular parece que estaba jorobao y nos tocó ir en bus desde Hashimoto hasta la estación de Koyasan. Al principio no estuvo mal, pero luego, empezamos a subir montaña arriba (Koya está a unos 900 metros de altura), eso empezó a oscurecerse como si fuera las 11 de la noche, una niebla... vamos que llegamos a Mordor de abajo. Yo dije me voy a dormir porque sino, me da que aquí puedo acabar echando las rabas y ya eché todos mis líquidos corporales en el barquito de los coj... digooo de Okinawa. Total, que después de no se cuanto tiempo, llegamos a la estación de Koyasan dónde estaba cayendo lo más grande (hay un vídeo que lo corrobora). Todo el agua que podía caer, estaba cayendo esa noche en Koyasan, la madre del cordero qué manera de llover...
Conseguimos llegar a un Family Mart muy cerquita del templo donde compramos provisiones para sobrevivir a una guerra nuclear, ya que, como comprenderéis, esa noche no íbamos a ir a ningún lado (además de que eran casi las 20.00 y a las 21.00 te chapaban la puerta del templo). Después de comprar bastantes guarradas y algo de alimento sano como unos onigiri, encontramos al fin el templo y nos atendió un monjecillo jovencito muy majete. Nos explicó todo en detalle y nos llevó hasta nuestros aposentos (siempre quise decir esa palabra 😛). Tenían un ofuro (especie de gran bañera cuadrada para varias personas donde el agua puede estar a unos 40 °C y que estan separados por sexo. Se puede decir que es como unos baños termales en España) que cerraba a las 21.00, así que como teníamos tiempo, comimos algo y al agua patos. En esos tipos de baños, por si no lo sabéis, entras como tu madre te trajo al mundo y nada más entrar hay unos asienticos de plástico hiper diminutos donde te sientas y una cubetilla de agua para rociarte con ella, a parte de una ducha. Total, que lo que tienes que hacer es lavarte bien antes de entrar al ofuro para entrar completamente limpio a la bañera. Cuando llegué había ya 6 personas dentro (el ofuro era grande, pero ya con 6 personas, estaba al ras de su capacidad), total, que me quedé sentada en el escaloncillo hasta que una se salió y pude meterme más pa dentro. Eso estaba muy caliente, ahí hacía un calor... y había 3 tías típicas holandesas/inglesas que cascaban cosa mala y yo entré, saludé y ahí me quedé. Resulta que luego dos de las que había eran españolas, una con cara un poco rancia y otra que me sonrió cuando me vio con una toalla en la cabeza (tengo que decir, que con la toalla con la que te lavas, es una toalla pequeñita, como de las de bidé, es con la que luego entras al ofuro, pero sin introducirla y te la pones doblada encima de la cabeza para secarte el sudor de la cara o el vapor, vamos). Pues bien, empezaron a circular 1 a 1 todas las tías de dentro y todas, digo todas, se lavaron con champú y gel al salir, vamos a ver, si te has lavado al entrar (cosa que dudo muchísimo), ¿para que te vuelves a lavar si se supone que el ofuro es simplemente para relajarse? Te digo yo que ninguna de las 6 se lavó al entrar, cosa que está muy mal porque encima si venían sudadas, pues ensucian el agua. Ains, almas de cántaro, antes de ir a un sitio así, ¿por qué no os informáis? que digo yo...
Pues después del ofuro con nuestros yukatas to molones (no he dicho que teníamos yukata en la habitación, pero los teníamos), nos hicimos la fotejo en la que parezco un tomate (debido a la temperatura del ofuro) y poco rato después, fuimos a planchar la oreja porque eso estaba ya todo en silencio y al día siguiente, nos tocaba levantarnos a las 6 para ver la ceremonia budista en el llamado "hondo" o sala de ceremonias.
おやすみなさい!
El que fue bautizado por Alfredo como Castillín xDD
Santuario dentro del castillo de Himeji, en la última planta.
Maqueta de lo que fue el Castillo y alrededores
Castillo de Himeji
Más Castillo de Himeji lloviendillo
Castillaco de Himeji
Entiendo que son garzas blancas, el castillo de Himeji se le conoce por ese nombre, por eso es tan blanco
Más garcejas en alcantarillas
Castillo de Himeji en la salida
Samurái que me salió en una bola de estas de las maquinitas por 300¥

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