viernes, 21 de septiembre de 2018

Japón 2018. Día 8: "The return"

El día amaneció más temprano de lo normal (a pesar de que por aquí a las 5 y algo ya es de día). A las 6 a.m sonó el despertador y con más sueño que una cestilla de gatetes al lado de una estufa, nos levantamos, comimos algo del botín del conbini del día anterior y nos dirigimos a la sala de ceremonias a ver una auténtica ceremonia budista. La ceremonia duró unos 45 minutos y la verdad, estuvo bastante bien. Había dos monjes (uno de ellos el jovencillo del día anterior que nos recibió) y otro más mayor y aparte, una mujer. Nos dieron unas instrucciones para seguir la ceremonia. En una parte de ella, teníamos que ponernos enfrente de una especie de "caldero" de incienso, en posición de "seiza" (lo que viene siendo de rodillas con los pies juntos), juntar las manos, hacer una reverencia, tomar una especie de polvillo que había en un hueco del caldero y echarlo al interior del mismo (eso por 3 veces). Luego, hacías otra reverencia con las manos juntas y te levantabas para volver a tu sitio (eso lo hacíamos de uno en uno empezando por la izquierda hasta que acabáramos todos, estaríamos unas 18 personas más o menos). Luego, los monjecillos iban diciendo una serie de sutras con un tonillo muy rítmico y ya caso al final, tuvimos que decir nosotros el "Heart Sutra" (o Sutra del corazón), lo podéis ver en una de las fotos. Cómo podéis ver también hay una de las "sílabas" que pone "I", pues bien, yo tenía una creo que holandesa al lado y yo pensando a que ésta en lugar de decir "i" dice "ai" (imitando el "yo" del inglés) y efectivamente,así fue 😆
Después de la ceremonia, recogimos y nos pusimos en marcha para no parar de ver templos xD Acabamos la visita de templos en el cementerio dónde había más de 200.000 tumbas y al final del recorrido de unos 2 km estaba el mausoleo de Kobo Daisho que fue el fundador del Budismo Shingon. El recorrido muy chulo la verdad, con un montón de vegetación, jizo (que son las figuritas estas de piedra a las que suelen vestir con gorrillos o baberillos (alguna foto hay más abajo)) y como no, un puñado de tumbas y de mausoleos de piedra súper tochos.
A la vuelta nos fuimos hacia la estación de Koyasan para volver a Osaka e ir en dirección Tokyo que era nuestro destino de ese día (nos esperaban una hora o así de bus, otro ratete largo de tren y 3 horicas de shinkansen fresquísimo). La idea de ese día era salir más o menos temprano de Koyasan para llegar a Tokyo a la hora de comer o así, dejad las cosas en el hostal e ir hacia Odawara (a ver su famoso castillo), pero eso no pudo ser. Estábamos llegando a Tokyo sobre las 21.00 y pico ya reventadísimos después de llevar más de 15 horas despiertos.
Total que llegamos al hostal y teníamos pensado ir a dar una vuelta a Akihabara (estaba a una parada del hostal en metro), pero la cosa se quedó en ducharnos y acostarnos sobre las 23.00 o así para poder estar más frescos al día siguiente.
Ahora, como os podéis imaginar, voy en el shinkansen hacia Nikko y en este ratico he decidido hacer la crónica de ayer.
La crónica de Nikko pa mañana o para esta tarde-noche de camino a Tokyo.
またね!!😊

Nuestra habiación del templo Yochi-in
Otra visión de la habitación del Templo Yochi-in
Con sus futoncillos

Entrada del Templo Yochi-in
Yo en la entrada del Templo Yochi-in
Uno de los muchos Templos de Koya
Más templetes
Edificio que me llamó la atención dentro de un conjunto de templos
Jardín de piedras más grande de Japón
No podían faltar nuestras alcantarillas xD
Interior de un templo que ahora mismo no recuerdo
Jizo en el camino del cementerio de Koya
Tumbas del cementerio de Koya
Budas supervisando la ablución del agua
Por fin conseguimos comprar la famosa tarta de queso del tío Rikuro en Osaka.
Ramen pal pecho
Sala de ceremonias del Templo Yochi-in
Techo de la Sala de ceremonias del Templo Yochi-in
Sutra que tuvimos que "cantar" en la ceremonia budista a la que asistimos

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