jueves, 4 de septiembre de 2008

Viaje fugaz a Portugal

Hoy se ha levantado mi padre con ganas de coger el coche, parece ser y ha dicho, ¿venga, queréis que vayamos a Portugal? Y para allá que nos hemos ido mis padres, mi tía y yo. Hemos ido a Miranda Do Douro, una población pegada a la frontera entre Portugal y Zamora y que es bastante turística, más que por sus iglesias o su casco histórico (¿dónde estaría?), por las tiendas que hay, sobre todo las de toallas, sábanas, pijamas, paños de cocina, etc.

Ibamos de camino y la cosa se iba poniendo fea, salí con la gafas de sol y me las tuve que quitar porque poco a poco el cielo se iba encapotando, mmm, para una vez que nos da por salir, ¿a qué nos llueve? Efectivamente, por la provincia de Zamora, empezaron a caer unas gotas en el cristal del coche, uyyy malo, menos que se quedó en esas gotas y al final, tuvimos una mañana y tarde llena de nubes y claros, pero al menos no llovió.

Pues bien, ya en Miranda pasamos a la primera tienda y yo arraso con media tienda, jeje, vamos que me he comprado un juego de sábanas la mar de chulo, un pijama para el invierno y un juego de toallas, vamos que voy a tener toallas hasta que me jubile.

En las siguientes tiendas ya sólo me compré un jersey y otro juego de sábanas negras (en España no las hay y andaba con ganas de un juego así, mola).

A la hora de comer fuimos a un restaurante que se llamaba algo de "Mirador" porque desde ahí había unas vistas muy bonitas en plan montañas y río Duero al fondo.


Después de comer y casi sin entrar por la puerta del restaurante, ojico lo que se come ahí (nada tiene que ver esa zona con la zona de Estoril, Cascais y Lisboa que es carísima y comes bastante poco y mal), seguimos otro ratejo más de tiendas. Mi padre después de comer desistió y se fue al coche a escuchar la radio, mientras mi madre, mi tía y yo, veíamos tiendas como si no hubiese mañana.

A eso de las 19:00 nos vamos para el coche, metemos las bolsas en el maletero y... nos deja tirao el coche, sí, sí, al Laguna le da por no arrancar, genial, nos hemos quedao tiraos en Portugal, bueno, al menos tenemos sábanas para dormir y toallas para asearnos :P

Después de varios intentos baldíos, mi padre llama a la Asistencia a Carretera del seguro y después de más de una hora de espera, aparece una grúa con unas pinzas para la batería, después de 3 minutos, el coche arrancó como si le hubieran dado con unas palas de estas de los médicos al corazón de un enfermo. Pues ale, vámonos de vuelta para Salamanca, no vaya a ser que la batería le de por volver a pararse.

Pues nada, hace un rato llegamos, cenamos y aquí estoy escribiendo mi experiencia con las toallas y con la grúa de Zamora, jeje.

Continuará...

2 comentarios:

Alexandria dijo...

Vaya tela con el coche!! Parece que hay una epidemia porque a mi padre tambien se le ha averiado...

Pero bueno, me alegro de que pudierais volver en vuestro coche a Salamanca.

Hablando de ropa de cama: he comprado una funda para el nordico que mola un monton, pero ya sabes, en mi estilo, jejejejeje.

Quedo a la espera de tus nuevas aventuras.

Besitos

Isabel Rodríguez Santos dijo...

Jeje, ya ves. Menos mal que al final a eso de las 22:00 estábamos ya en el pueblo de mi padre.

Las próximas aventuras espero que lleguen mañana en las fiestas o vamos, como mucho pasado que vienen unos compis de curro a pasar el día a Valdepeñas.

;)