domingo, 24 de septiembre de 2017

Japón. Viaje soñado y cumplido. Día 2. Año 2017.

Hoy ha sido un día muuuuy cansado, a la par que muy friki xDD
Fuimos al parque Ueno, en dónde nos encontramos un templo de cuyo nombre no puedo acordarme y a la entrada tenía un montón de toriis pequeñitos (tipo Fushimi Inari en Kioto, pero salvando las distancias).




Dimos una mini vuelta, ya que a las 12 teníamos que ir a cambiar dinero a un sitio recomendado por mi profe de japo en Akihabara y no teníamos claro dónde estaba... a pesar de ir con tiempo, estuvimos un buen rato buscándolo porque nos despistó cuál era la supuesta salida central de Akihabara cuando había 5 salidas xDD
De hecho, creo que no habría hecho falta reservar, ya que, cuando llegamos, le dije a la chica mi nombre y le faltó responderme con ajá, ajá xD
Bueno, el caso es que después de mucho divagar, de preguntarle a un hombre que resultó ser se Yokohama y no tenía ni idea de dónde estaba el edificio Yamari y de preguntar a otro que tenía la orientación de una lechuga... logramos encontrar el sitio y cambiar los euros por yenes.

Después nos quedamos por el paraíso friki: Akihabara. La verdad es que es otro mundo, eso es una maravilla... hay de todo para y por el friki. Mola una puñao y el "Don Quijote" (super tienda mortal de chuminás), una pasada, me llevé media tienda y porque no era cuestión de quedarme sin yenes el segundo día xD




Botín del Don Quijote:





Comimos en un bar chiquitito en el cuál, tenían ramen, udon y don a precios irrisorios. Yo me pedí un oyakodon y Alfredo un katsudon y nos costó menos de 1000 yenes y además de rico, quedamos petadísimos. Foto de abajo muestra mi oyakodon (que lo ponían con sopa miso) y creo que el menú costaba menos de 500 yenes (vamos, una ganga, menos de 4 euros). Lo rosa que se ve en la foto, no tengo muy claro que era, parecía jengibre, pero lo probé y no me lo pareció, pero sabía mal, jeje.


Luego ya sobre las 19.00 nos fuimos para Ameyokocho, pero era una pena porque, para cuando llegamos, estaban muchos puestos ya cerrados y la lluvia no ayudó nada...
Las dos primeras fotos, me hicieron mucha gracia, porque eran unos palillos con fideos udon y se movían de arriba a abajo, como remojándolos en el caldo, me pareció cuanto menos curioso (era un restaurante de udon).






Cenamos en un sitio de takoyakis (bolitas de pulpo ricas a la vez que alicatadoras) y para casa a descansar que yo ya estaba reventadísima, ya que la espalda no me dio mucha tregua a lo largo del día.


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